El papel de cuidador en el adulto mayor es un compromiso que necesita vocación y paciencia, esto quiere decir que una parte del tiempo y de la vida se dedican al cuidado del otro, pero sin olvidarse de sí mismo. Para el sistema de salud, el cuidador puede visualizarse como el dador de cuidado, pero también como sujeto de cuidado con quien deben trabajarse estrategias que promuevan el mantenimiento de la salud y la prevención de una posible enfermedad, porque dedicarse al cuidado prolongado e intenso produce en el cuidador alteraciones físicas, fisiológicas, aislamiento social, abandono de la actividad laboral, conflictos familiares o dificultades económicas, entre otras, y todo esto puede generar sobrecarga.
Puntos clave para ser un buen promovedor de cuidados en los adultos mayores:
- Dinamismo. La actitud es muy importante para el cuidado en los adultos mayores, la sonrisa es contagiosa y la actitud de amabilidad y empatía hacen que este rol se cumpla eficazmente.
- Creatividad. Este punto trata específicamente de realizar actividades de interés en el adulto mayor, con el fin de estimularlo física y cognitivamente dentro de lo posible y de su estado de salud, la creatividad permitirá la innovación.
- Alimentación saludable. Recordar que para cuidar de otros primero debemos cuidar de nosotros mismos es fundamental para cumplir este rol, por lo que alimentarnos sanamente y realizar actividad física se aglomera con el cuidado propio y también del adulto mayor.
- Responsabilidad. El compromiso que se adquiere al aceptar este rol es una responsabilidad, por lo que se debe estar seguro para realizarlo.
- Amor. Todas las acciones realizadas con amor cumplen con el objetivo y el ver feliz y en buen estado al adulto mayor es la mayor recompensa.
- Salud mental. Este rol puede ser cansado e incluso generar sobrecarga por lo que platicar y pedir ayuda nunca está de más, el platicar acerca de las inseguridades y preocupaciones con una persona de confianza o con un experto es de mucha ayuda.
Asumir el rol de cuidador es una experiencia satisfactoria y llena de aprendizajes, el cuidar a la persona dependiente también beneficia a la persona que la cuida siempre y cuando ambas partes estén bien.
